Olla_Poderida

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8 years ago @ Ecos del Balón - Zidane y el 4-3-3... p... · 0 replies · +16 points

Los fines de semana en general los tengo destinados a la actividad cinegética. Cojo el rifle, suelto a los perros y vamos a batir liebres y zorzales por aquellos campos de dios. A veces hasta me olvido que hay fútbol. En otras ocasiones, aún sabiéndolo, prefiero echarme la siesta en algún olivar. Ayer sin embargo estaba desvelado y encontré a los perros algo desmotivados para cobrarse alguna pieza.

'Vamos a ver el partido', me dije a mí mismo. Ingenuo de mi. Encontré a los chicos igual de desmotivados que a mis perros. Creo que se sintieron tan superiores al rival que para darle más emoción al encuentro se dejaron dos goles absurdos. Kiko Casilla, que me parecía un portero más que solvente en el Español, ahora parece obstinado en retratarse como un suplente de toda la vida, con su plaza fija y todo. Otro con plaza fija de opositor debe ser Marcelo, sin embargo aún debe estar de vacaciones. 'Vuelva usted mañana', parece que dice cuando alguien ataca su banda.

Me gustaría acabar haciendo otra referencia a mis queridos canes. Benzema, por lo general felino, me recuerda a uno de mis perros, Monsieur. No lo verás correr tras un conejo, ni llenarse las zarpas de barro. Siempre erguido, aislado del resto de la manada. Cuando pienso en deshacerme de él, ese mismo día, me viene con dos perdices en los hocicos. Incluso fuera de temporada. No sé qué hacer con él. Ayudadme.

8 years ago @ Ecos del Balón - El derbi de la carencia · 0 replies · +20 points

Los inviernos en mi solitaria meseta castellana eran duros. Duros y silenciosos. Aún recuerdo esas largas cenas en las que padre y madre se sentaban el uno enfrente del otro y no intercambiaban palabra. Sólo se oían los sorbicones que mi padre daba a la sopa, de manera severa y adusta.
Ayer, mientras veía el derbi desde mi nuevo refugio alejado de la tierra de mi infancia, no pude sino recordar tan bucólica imagen de aquellas sombrías cenas. Dos equipos que se miran en silencio mientras repasan mentalmente viejas afrentas que están por ser olvidadas, un incómodo silencio roto brevemente por los sorbicones de dos entrenadores que se han empeñado en morir con sus ideas mientras repudian todo intento individual de hacer algo distinto. De este modo tenemos a una orquesta sinfónica interpretando temas de Semana Santa.